En marzo se podrá ir a trabajar de San Isidro a Puerto Madero en lancha

El municipio está construyendo un muelle flotante a la altura de la calle Sáenz Peña; el servicio costará 100 pesos y tendrá wi-fi y aire acondicionado

Quienes viven en San Isidro y tienen que ir a trabajar todos los días al centro porteño y deben lidiar con los embotellamientos de la Panamericana contarán desde marzo del año que viene con una opción mucho más saludable: una empresa brindará un servicio de lanchas que hará el trayecto en apenas 45 minutos.

Para que esto sea realidad, el municipio de San Isidro proyecta construir un muelle flotante al que se accederá por la calle Roque Sáenz Peña. Pero esa no es la única inversión necesaria para posibilitar el servicio. También se invirtió para mejorar el acceso en auto al río y se construirán un estacionamiento para autos, un puente peatonal para cruzar un arroyo y una glorieta. El valor aproximado total de las obras es de 35 millones de pesos. En Buenos Aires, las lanchas desembarcarán en Puerto Madero, a la altura de la avenida Córdoba.

La empresa que brindará el servicio, Sturla, ya realiza viajes similares desde Olivos, Nordelta (con paradas intermedias en Náutico de San Isidro (servicio exclusivo para sus socios), San Fernando (Marina Punta Chica) y la estación Fluvial de Tigre. Las lanchas estarán equipadas con cómodas butacas, Wi-Fi, aire acondicionado y baños.

Jorge Sturla, presidente de la empresa de lanchas, aseguró a LA NACION que el costo del pasaje será aproximadamente de 100 pesos, con un abono de $ 1800 por mes, con un café y un alfajor incluidos de refrigerio.

Alejandro tiene 33 años y trabaja en el HSBC. Viaja en lancha todos los días de Tigre a Puerto Madero, en un servicio que tarda una hora. «Antes iba en auto, pero llegó un momento en que no lo soporté más, hace cinco años. Empecé a viajar en tren y un amigo me comentó lo de las lanchas y un día lo tomé y es fabuloso. Es algo completamente distinto, súper relajado. Voy mirando el celular, leyendo el diario, es muy bueno el servicio», comentó a LA NACION.

 

El transporte del futuro

«En 1978 éramos 25 millones de argentinos, hoy somos 42 millones y tenemos la misma General Paz y la misma Panamericana (con alguna mano más) y el embudo de la Illia y la avenida Corrientes. Lo único que está descongestionado es el río. Es el transporte del futuro», señala Sturla.

«La gente está acostumbrado al auto, al tren, a la combi, pero esto va a ser algo común en el futuro, porque no tenés otro medio de transporte. El tren no se puede agrandar más. En algún momento esto tiene que explotar. Todas las ciudades están volviendo al río y somos la única empresa que une a Buenos Aires con el Conurbano», señala Sturla.

«A la gente le encanta viajar por el río. Acá hay que poner la plata para hacer el puerto. Es un proyecto a futuro de la compañía, no sé si va a ser negocio el primer año, pero en Nueva York, y las grandes ciudades de Asia, todo se maneja por el río», grafica el empresario, que recuerda que el proyecto de hacer viajes similares entre Quilmes y Capital se frustró porque el municipio no hizo el puerto.

Una lancha por hora

El muelle desde donde saldrá el servicio estará ubicado en un espejo de agua «manso», rodeado de ceibos y sauces. Es el mismo ingreso que usa el club Las Barrancas, al que se le hará un calado de un metro y medio. El club y el municipio tienen dragas y colaborarán con los trabajos.

El intendente de San Isidro, Gustavo Posse, apuesta a que las lanchas salgan cada hora por la mañana desde el nuevo muelle y regresen por la tarde con la misma frecuencia. También se muestra entusiasmado con la posibilidad de que los fines de semana haya servicios turísticos y que los porteños puedan disfrutar de los parques costeros, el circuito gastronómico y el casco histórico del municipio.

Una vista aérea de cómo quedará el muelle.

«Hay mucha gente que viaja al centro en auto después de dejar a los chicos en la escuela, -señala Posse- ahora tendrán una alternativa. La idea es que haya un servicio por hora que salga de acá por la mañana a partir de las 8 y con la misma frecuencia desde el centro por la tarde».

«Mucha gente sale mucho más temprano no porque vaya a atrabajar a un tambo, sino porque se traba en la Panamericana», señala Posse. «La posibilidad de que no haya servicio por razones meteorológicas es del 3% del año. Si abrimos esta alternativa te abre la cabeza, te mejora la calidad de vida. Los costos son inferiores a los de la nafta, los peajes y el estacionamiento que te cuesta ir en auto», afirma el intendente, que acompañó a LA NACION en la recorrida del lugar.

«Tenemos una fuerte esperanza en el turismo. A la feria Bocas Abiertas vinieron 40 mil personas y tenemos 7 kilómetros y medio de parques con ciclovías. Esperemos que venga un nuevo público al circuito gastronómico y cultural. También podrán hacer picinis, tenemos la reserva ecológica de San Isidro, que es muy usada por los chicos. La gente puede ir caminando al puerto, al circuito del bajo, a la zona colonial de la Catedral, que tiene 300 años de antigüedad. Se puede hacer caminando o en bici por las ciclovías. Es un paseo muy lindo, muy simple, muy seguro», resalta Posse.

 

Fuente:

La Nación

Sturla Viajes

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