La quita de los subsidios a los colectivos ayuda al Biodiesel B100

Dos medidas fiscales -diseñadas con otros propósitos- impactan favorablemente sobre el combustible llamado B100, apto para motores diesel, que en pocas palabras quiere decir “100 % Biodiésel”.

Santa Fe y otras provincias que componen la Liga Bioenergética lograron que en el tratamiento de la Ley de Presupuesto 2019 el gobierno nacional no escuchara al lobby petrolero, que buscó gravar a los biocombustibles (su competidor) como si fueran de origen fósil.

Por una parte, no hubo un aumento de impuestos al biodiésel. Y por otra, la quita de los subsidios nacionales al transporte público de pasajeros enfrenta a esos empresarios a los mismos costos que hoy pagan los demás usuarios. A partir de enero de 2019 se iniciará un año de diesel más caro y el biodiésel seguirá libre de impuestos.

 

“Avanzar rápidamente”

El Litoral dialogó con la secretaria de Estado de la Energía de Santa Fe, Verónica Geese, sobre el acto que la semana pasada encabezó el gobernador Miguel Lifschitz. La presentación de la “Mesa de Migración del Transporte Público a 100 % Biodiésel” no fue un anuncio más, sino otro paso en favor de una industria en la que el polo portuario y sojero lidera la producción nacional.

 

—¿El cambio del diesel que hoy usa el transporte público de pasajeros al B100 es a mediano o a largo plazo?

—Hemos demostrado que es posible y por eso queremos hacerlo rápidamente. En cuanto surgió la idea y el gobernador lo aceptó buscamos aprovechar esta posibilidad, y desde el punto de vista técnico es perfectamente posible hacerlo de manera inmediata.

Las pruebas mecánicas en Rosario, tanto con las unidades alimentadas con un corte del 25 % de biodiésel, como los dos colectivos que usan B100 demuestran que lo más simple, lo más económico y lo más limpio para el medio ambiente es pasar directamente al biocombustible al 100 %.

 

—¿Por qué?

—Porque hacer el corte puede significar una dificultad logística extra para algunas empresas de transporte. Es más simple la opción de recambio total.

Las dos unidades que están usando B100 responden muy bien. Una es Volkswagen y la otra Mercedes. Y por otra parte, Scania ya tiene motores homologados para B100 con lo que menos aún puede ser esa una dificultad.

La diferencia de precios es tan grande que creemos que se va a imponer. Vemos que al principio hay que cambiar más seguido los filtros, por el poder detergente del biodiésel, pero es un costo ínfimo respecto del ahorro entre uno y otro combustible. Lo que necesitamos hacer es que se genere rápido una estructura logística y comercial.

 

—¿Hay suficiente producción para pasar todo el transporte al combustible verde?

—Sí, sin dudas. La industria santafesina no tiene ningún problema de capacidad para cubrir ese mercado, que estimamos en unos 75 millones de litros. Si al transporte público urbano de pasajeros le sumamos el interurbano, siempre en la provincia de Santa Fe, llegamos a esa cifra. Los colectivos y los ómnibus santafesinos consumen aproximadamente el 10 % de todo lo que consume el transporte de pasajeros del país.

 

—Un mercado de 750 millones de litros…

—Una vez que se genere este mercado, que crezca comercial y logísticamente, con la incorporación de las empresas que así lo decidan, se crean muchas posibilidades.

Hablamos por supuesto de un negocio entre privados. Tienen que encontrarse proveedores con compradores.

La provincia contribuye con asesoramiento técnico, con los estudios hechos sobre lo conveniente del uso del B100 y respecto de la necesidad de aumentar el corte en todo el país.

 

—¿Veremos estaciones de servicio con B 100?

—No lo creo. Las empresas de transporte tienen sus propios tanques. En general, cuando un grupo empresario tiene muchas unidades, generalmente cuenta con sus propios lugares de carga. Bastaría con que usen algunos de sus tanques. Es eso lo que hoy hacen las empresas de Rosario.

 

—¿Qué habría que hacerles a los colectivos para pasarlos al B100?

—Nada.

 

—¿No importa que sean unidades viejas?

—Cualquier vehículo viejo va a tener más problemas que uno nuevo. Pero no serán problemas causados por el B100.

En Rosario se usan dos tipos de motores: Euro 3 y Euro 5. Ya tenemos 300 unidades que utilizan mezcla. Pero además, a partir de esta experiencia, hay otras empresas que ya se comenzaron a hacer sus propias pruebas, para ver rendimientos y sobre todo las diferencias económicas.

 

—Para cambiar la opinión de un mecánico tendrá que verlo con sus propios ojos.

—Es muy positivo lo que ha comenzado a ocurrir con estas pruebas que llevan adelante las empresas de transporte, para ver los resultados más allá de las pruebas técnicas que desarrollamos, a nivel oficial en Rosario, que están debidamente auditadas.

En la ciudad, el biodiésel puro es una novedad, pero en el campo hace años que muchos productores lo usan. Por distintas razones: porque lo tienen, porque es más barato, porque sus unidades están lejos de las estaciones de servicio para ir a cargar el tanque.

La realidad va a derrumbar el mito de que no conviene el biodiésel o que no conviene el B100. Hay muchos temores ante el cambio. Pero cuando los precios no dan, muchos más van a pensar en cambiar… Todo va a ser más sencillo cuando alguien vea que su vecino cambió de combustible y está conforme.

 

—El Estado puede promover con el ejemplo.

—La EPE tiene en estudio pasar sus camionetas en Rosario a esta alternativa, por razones de costos. La Municipalidad de Rafaela ya usa biodiésel en su maquinaria. Y tenemos noticias de que hay evaluaciones hasta con locomotoras de trenes. Todo lo que funciona con diesel puede hacerlo con biodiésel.

 

—Pero hay quien se opone…

—A nadie le gusta perder ventas. Siempre puede haber inconvenientes ante un cambio. Pero tenemos que pensar que el biodiésel beneficia mucho a los santafesinos y que el diesel se importa.

Las petroleras argentinas lo compran en el exterior. Y pensamos en un combustible que además de tener mucho mejor impacto ambiental implica la posibilidad de atenuar el aumento del precio del boleto del transporte urbano de pasajeros. Aumentar el pasaje del colectivo significa para mucha gente dejar de estudiar, gastar más del salario para ir al trabajo, pensarlo dos veces antes de ir a un centro de salud de alta complejidad. Y también vamos a tener problemas con las empresas de transporte si se llega a caer el número de pasajeros transportados. Y van a sufrir las consecuencias los choferes, los mecánicos y otros trabajadores. Es un círculo. La quita de los subsidios a nivel nacional es un problema muy serio y hay que encontrar todas las formas posibles de buscar alternativas para bajar costos.

 

—En esto se trata de ver quién da el primer paso. Se necesita una demanda y un oferente, pero es un producto que ya está disponible.

—Nosotros vamos a acompañar este proceso. Por eso se formó esta Mesa de Migración del Transporte Público al 100 % Biodiésel, en la que participan todos los actores de la cadena de valor del biodiésel, desde los que lo producen hasta los que lo usan. Pensamos que con 5 ó 6 reuniones se van a cubrir todos los aspectos técnicos, logísticos y económicos para mudarnos al B100. Depende de los privados. Ya tenemos empresas transportistas pidiendo comprar y del lado de los proveedores buscan vender. La experiencia de Rosario sólo fue técnica, también es interesante desde el punto de vista del mercado.

 

Fuente:

El Litoral

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