Rosario: Reunión clave para definir quién fabricará los colectivos

La principal proveedora bajó la persiana y el municipio busca ahora sumar a las carroceras locales.

Empresarios locales del sector carrocero, transportistas, funcionarios municipales, dirigentes de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y concejales se reunirán hoy en el Palacio Municipal para analizar si las empresas de la región pueden empezar a fabricar los colectivos rosarinos. El encuentro llega tras el cierre de la firma Metalpar (situada en la provincia de Buenos Aires), que proveía las unidades del nuevo sistema, que aún debe renovar el 30 por ciento de la flota.

Se tratará de la segunda reunión con los carroceros de la zona tras el cierre de la fabricante de carrocerías de ómnibus más grande del país. El objetivo es que estas firmas puedan reemplazar a esta proveedora y fabricar las unidades que aún restan para renovar toda la flota de colectivos rosarinos.

La reunión, que será encabezada por la intendenta Mónica Fein, se realizará, a las 14, en el Salón Belgrano del Palacio Municipal.

El principal impulsor del encuentro fue el gremio metalúrgico, que tras el cierre de Metalpar había reclamado que el municipio buscara alternativas en las empresas de la región, que están atravesando un duro momento económico.

Es más, el titular de Carrocerías Lucero, una de las cuatro carroceras instaladas en el Gran Rosario, Edgardo Rossi, admitió que «la coyuntura es muy complicada» y detalló que su firma estaría dispuesta a fabricar unidades para el transporte local.

«La caída de producción interanual que hemos tenido es alarmante, y en los últimos tres meses se desplomó otro 20 por ciento», destacó el empresario, quien no ve obstáculos para amoldar su sistema de producción a la fabricación de las unidades que requiere el sistema de transporte rosarino.

Es que las carroceras de la región se dedican fundamentalmente a unidades de media y larga distancia, mientras que Lucero también fabrica minibuses con piso bajo y rampas para discapacitados.

«Nosotros hemos hecho unidades urbanas para distintos municipios, como Roldán y Chivilcoy, por lo que podemos adaptarnos para fabricar los ómnibus rosarinos», puntualizó. A su entender, eso reactivaría la empresa de la que dependen 50 empleados y hoy tiene «capacidad ociosa por la caída de las ventas».

Rossi puntualizó que, de lograrse un acuerdo, su empresa podría poner manos a la obra a la brevedad. «Sería muy importante reactivar la producción porque eso redundaría en trabajo para las empresas satélites a nuestra firma, como son las proveedoras de asientos y equipos de aire acondicionados», destacó.

El empresario fue lapidario. El camino de Metalpar parece ser la ruta que siguen todas las carroceras. «Si seguimos así, cerramos todas. Todas las grandes terminales están suspendiendo gente, no hay créditos y las ventas están paradas. Esto es muy parecido a la crisis de 2001, es muy preocupante», admitió.

La pérdida de fuentes laborales es lo que encendió el alarma en la UOM, que viene señalando desde hace tiempo la delicada situación por la que atraviesan las empresas metalúrgicas y metalmecánicas de la zona (ver aparte).

Si bien una de las opciones que se barajó tras el cierre de Metalpar fue la compra de unidades a empresas brasileñas, las fuentes municipales consultadas destacaron que «se priorizará lo local».

Las tres empresas que operan en la ciudad, Movi, El Cacique y Rosario Bus, aún deben renovar parte de la flota para cumplir con lo que fija el pliego del nuevo sistema. Las unidades deben tener piso bajo y aire acondicionado. Hay un dato por demás de elocuente: en el último año triplicaron su valor. Si en 2017 el costo de un colectivo era de dos millones de pesos, a fines del año pasado ya cotizaba seis millones.

Fuente:

La Capital

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