La evolución hacia un transporte más sustentable

Las emisiones contaminantes sentencian a los vehículos de carga y de pasajeros actuales; las claves para la reconversión hacia unidades más ecológicas e inteligentes

Todos los días, la emisión de millones de toneladas de dióxido de carbono afectan a la atmósfera, cambiando a el clima e incidiendo en diversas condiciones de la vida en la Tierra. El transporte urbano de personas y de cargas en las rutas son en parte responsables de esto. Mientras se espera que para el año 2050 casi el 70% de la población global viva en ciudades, las necesidades de movilidad y transporte se incrementarán. En la actualidad, solo en la Ciudad de Buenos Aires, ocho de cada diez porteños utilizan algún medio de transporte público.

Combustibles alternativos. Eficiencia.

¿Cómo atender a estas necesidades crecientes de la sociedad de un modo sustentable a largo plazo? La Nación viajó a Estocolmo, una impoluta y fría ciudad salpicada entre 14 islas conectadas por 50 puentes, para conocer las tendencias y desarrollos tecnológicos en transporte público, que ya son una realidad en la capital sueca, modelo global de transporte sustentable, y que comienzan a llegar con algunas pruebas piloto a nuestro país.

Llevar las emisiones de CO2 a un mínimo (o hasta eliminarlas) es una de las metas que se buscan alcanzar mediante el desarrollo de soluciones centradas en combustibles alternativos y vehículos más eficientes. La capital sueca brinda un pasaje a espiar cómo será el futuro de las ciudades en general y del transporte urbano en particular.

Hoy, el 99% de la basura que generan los ciudadanos se reutiliza para convertirla en bioenergía y más de 200 autobuses que conectan de punta a punta la ciudad son híbridos o 100% a diversos biocombustibles. Visitamos una de las plantas de Scandinavian Biogás, que desde 2005 participa del ecosistema circular para convertir a la basura orgánica en energía. En ese mismo año, el gobierno sueco prohibió enterrar residuos orgánicos y la industria del biogás y biometano terminó de consolidarse. El tratamiento quirúrgico de las aguas residuales y la basura resulta en un gas que es sostenible y reduce las emisiones de CO2 en un 90%, contra un 15% de gas natural.

La ciudad de Estocolmo ofrece el transporte público urbano 100% libre de combustibles fósiles con una flota de buses Scania que funcionan con biogás, biodiésel, etanol y otros gases. Por las calles, copadas por cientos de ciclistas, el andar de los buses es silencioso y suave, cuesta darse cuenta si están encendidos.

¿Qué tan lejos estamos de este transporte sustentable en la Argentina? En la Ciudad de Buenos Aires el gobierno estará probando la performance de dos buses de dicha marca que funcionan con combustible alternativo para el transporte urbano de pasajeros en 2019. Uno de ellos con gas y el otro con biodiésel. La línea con la que se trabajará es la 132, que posee un recorrido 100% dentro de la ciudad. El objetivo es monitorear y medir durante un año la performance de ambos vehículos y compararla con aquellos propulsados a diésel, con la idea de analizar el nivel de emisiones de CO2 y de ruido, el mantenimiento, y otras variables. También se analizarán pruebas con dos o tres buses eléctricos para el recorrido del metrobús para el año que viene. Además, la empresa Andreani acaba de incorporar a prueba por 6 meses dos furgones urbanos Renault Kangoo Z.E. (algunos ya utiliza también Edesur) en el marco del Plan de Movilidad Limpia del GCBA.

Sobre la importancia de estos desarrollos, el ministro de Desarrollo Urbano y Transporte porteño, Franco Moccia, se refirió en el marco del 1er Foro de Transporte Público Sustentable, organizado por el fabricante de camiones sueco el pasado 11 de octubre.

«La promoción de un sistema de transporte público sustentable no solo tiene que ver con la concreción de obras de infraestructura sino con un fuerte cambio cultural en la población y en las empresas vinculadas a estas transformaciones. La batalla para mejorar el transporte en automóvil está perdida, y por eso tenemos que empezar a poner el foco en el transporte público, para lograr que sea más eficiente, menos contaminante y más útil para los pasajeros», opinó.

Ómnibus autónomos, ya hay prototipos circulando por la ciudad de Gotemburgo, Suecia

Hay otras experiencias en el país como la que impulsaron semanas atrás el gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz y su par de Salta, Juan Manuel Urtubey, que suscribieron un convenio a través del cual se transmite la experiencia del programa BioBus de Santa Fe para la implementación del uso de biodiésel en el transporte urbano de pasajeros salteño. De esta manera, se reducirían en un 15% las emisiones y el ahorro estimado sería de 2,5 millones de pesos por mes en combustibles, según la experiencia en Santa Fe.

Monitoreo 24 x 7

Sin embargo, esa es parte de la solución. El futuro del transporte utilizará los beneficios de los vehículos conectados y la información que estos proveen constantemente para tomar decisiones que hagan más eficiente y seguro el transporte en general, el consumo de combustibles y el cuidado de los vehículos. Los centros de logística que monitorean camiones y buses alrededor del planeta comienzan a tomar un rol preponderante y dotan a los individuos de todo tipo de información; por ejemplo, en uno de los centros que visitamos en Estocolmo, se puede monitorear (la información se ve en pantallas en tiempo real) los recorridos de los camiones, cuánto combustible utilizaron, modos de manejo (cómo se acelera y cómo se frena, lo que genera distintos impactos en los vehículos), tomar decisiones para evitar congestión de tránsito, llevar una trazabilidad de las cargas, entre muchas otras actividades. Estas estadísticas permiten también generar capacitaciones y entrenamientos para los conductores.

Los vehículos, tanto de Suecia como de otros países que están conectados entre sí suman 350.000 en total. En Argentina, son 10.700 los que eligieron conectarse servicios que permiten mejorar la performance de los recorridos y los camiones o buses a través de inteligencia artificial, analizando la mejor ruta e informando sobre el estado de cada motor.

Transporte sustentable privado

Otra tendencia que está en auge en Estados Unidos y Europa es que las grandes compañías comienzan a brindarle a sus empleados soluciones de movilidad para llegar e irse de sus trabajos. El tiempo y la calidad de viaje ya es una variable que las nuevas generaciones evalúan para elegir o no un trabajo. Por ejemplo, contar con buses con conectividad y que utilicen combustibles alternativos, autos para compartir trayectos, bicicletas eléctricas y aplicaciones que conecten las necesidades de cada uno con las frecuencias del transporte público y el privado de la compañía.

Un ejemplo de esto es una app llamada ScaniaGO para conectar a los empleados con los medios de transporte públicos para que vayan de una sede a la otra. Hay bicicletas eléctricas, buses híbridos y autos de carpooling, como una mini flota de Uber, pero privada y sustentable. En el futuro se espera que aprenda de las necesidades de movilidad y flujo de viajes y que sea cada vez más «inteligente».

En Buenos Aires y algunas provincias se ofrecen buses y combis a las plantas más alejadas y algunas compañías como Mercedes-Benz (a cuya acción ahora se sumó Renault) y Toyota premian a los empleados que hacen carpooling, y se juntan para llegar a los trabajos con menos autos.

Súper metrobús

Una alternativa a la costosa y siempre demorada extensión del subterráneo ya es una realidad en Cartagena, Colombia. Son unos buses que funcionan a gas, de gran tamaño, que utilizan canales especiales al estilo del metrobús y logran cargar al equivalente a 60 colectivos llenos de gente en un solo viaje para hacer trayectos urbanos con un punto de salida y llegada común a todos los pasajeros. El sistema se llama Bus Rapid Transit (BRT) y cuenta con dos líneas troncales de este sistema, con un total de 147 micros a gas Euro6 con información en tiempo real sobre el consumo de combustible, las rutas elegidas, el comportamiento del conductor y las necesidades del servicio.

BRT articulado. En Brasil se han implementado estos gigantescos ómnibus con capacidad para transportar entre 160 y 270 pasajeros

Para dimensionar su utilidad el BRT de Cartagena carga 45.000 pasajeros por hora y su construcción demanda una inversión de 5 millones de dólares el kilómetro. El subterráneo en la ciudad de México carga 39.000 pasajeros por hora y requiere 41 millones de dólares por kilómetro.

Ventana al futuro

Aunque parezcan futuristas, se ensayan también otras alternativas que apuntan a los vehículos autónomos. En Estocolmo lo están probando con camiones y el concepto se denomina platooning, que son un convoy de transporte en el que solo el primer camión cuenta con un conductor de carne y hueso, el resto son autónomos y responden a lo que hace el primero y a sistemas de inteligencia artificial y coordinados a través de conectividad de quinta generación (5G). Este desarrollo, en el cual Scania trabaja con Ericsson, genera un ahorro tremendo de combustible y conductores, porque uno solo maneja cuatro vehículos.

Platooning. Un camión líder, manejado por un conductor, guía una caravana de vehículos autónomos que «copia» los movimientos del primero

En este mismo orden, hace pocos meses, otra marca sueca, Volvo Trucks, mostró su primer bus 100% autónomo en el marco del proyecto ElectriCity de la ciudad sueca de Gotemburgo, pensado también para realizar platooning de autobuses.

Suecia alberga además la primera ruta eléctrica del mundo, una especie de scalextric a gran escala donde los rieles generan la transmisión magnética que reemplazarán al combustible, aunque por el momento la prueba solo tiene 2 kilómetros. Habrá prototipos en Alemania de este sistema y la meta es aplicarlos en grandes corredores de transporte en Europa con camiones de motores híbridos. Mientras en Suecia se estima que habrá desarrollos de buses eléctricos dentro de los próximos cinco años, en ciudades chinas como Shenzhen ya hay más de 5000 ómnibus eléctricos, y en los próximos años serán 15.000, muchos de ellos autónomos. La promesa es que para 2020 se usará un 33% menos de energía en la fabricación de vehículos, 25% menos de residuos, y un 100% de eficiencia energética.

Ruta eléctrica. En Suecia se está probando esta solución para realizar en el futuro grandes corredores de transporte de carga por toda Europa

En la película Volver al Futuro, cuando el «Doc» Emmet Brown viaja en el tiempo hasta 1985 para buscar a Marty McFly se encuentra con un problema: no tiene más combustible para el DeLorean, entonces busca en la basura y tira en el tanque de combustible cáscaras de banana, cerveza y hasta latas para que su nave lo lleve de vuelta al futuro. En la actualidad tres toneladas de basura quemada pueden generar la misma energía que una tonelada de fuel-oil. Hoy, 950.000 hogares suecos usan calefacción con esta energía y 260.000 se abastecen totalmente por ella. Un nuevo hito deja el terreno de la ciencia ficción para convertirse en ciencia que transforma la vida en sociedad y la movilidad urbana alrededor del planeta.

 

Fuente:

La Nación

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