¿Quién será el secretario de Transportes de Trump? Estos son algunos de los candidatos

El secretario ya no podrá ser el monstruo constructor de carreteras que fue en el pasado y se enfrentará a retos como la infraestructura ferroviaria, el transporte público, los vehículos autónomos y empresas como Uber y Lyft.

Los rumores sobre quién será el Secretario de Transporte de Estados Unidos no están precisamente volviendo locos a los medios, pero quien sea que presida el área estadounidense tendrá gigantescas implicaciones en la vida diaria de que quienes viven en el país.

Varios nombres están en las apuestas, de alcaldes a gobernadores a directores de Transporte en distintos estados. Uno de ellos, podría incluso venir del sector privado.

 

John Mica

Uno de los candidatos es John Mica, el saliente representante republicano por Florida Central, quien ha sido claro en sus ambiciones de encabezar el Departamento Federal de Transportes (DOT, por sus siglas en inglés). Mica encabezó el Comité de Transporte e Infraestructura de la Cámara de Representantes y fue el coautor de la ley MAP21 en 2012, la que se le atribuye el desarrollo de autopistas y aeropuertos en su estado.

Una visión pragmática y actualizada en las necesidades de transporte del país es esencial para encabezar una agencia que tiene la labor de “asegurar transporte rápido, seguro, eficiente, accesible y conveniente” y que “mejore la calidad de vida” de todos los estadounidenses. El DOT ya no puede ser el monstruo constructor de carreteras que fue en el pasado.

Aunque las calles para automóviles y camiones seguirán siendo importantes por mucho tiempo, también importan la infraestructura ferroviaria para pasajeros y carga, el transporte público y las nuevas tecnologías, como los vehículos autónomos y las empresas como Uber y Lyft.

¿Tiene Mica este enfoque multidisciplinar del transporte? No mucho. Mica intentó sacar al transporte público del fondo fiduciario de carreteras en 2012. También dijo por mucho tiempo que el corredor noreste de Amtrak debía ser privatizado, deshaciendo el sistema nacional de transporte de pasajeros.

 

Bill Shuster

Un segundo nombre que se maneja es el actual jefe del Comité de Transporte e Infraestructura, Bill Shuster, representante republicano por Pennsylvania. Una fuente de CityLab dice que ha expresado interés por el puesto, pero el liderazgo de Shuster en el Congreso se ha visto opacado por un serio conflicto de interés:tuvo una relación íntima con una lobbysta de las aerolíneas. Según fuentes de The Washington Post, no está interesado.

 

Scott Walker

Otro nombre del que se habla para este puesto –o para cualquier puesto– es el gobernador de Wisconsin,Scott Walker. El registro del republicano en lo que se refiere a multi no es muy bueno tampoco: bajo su liderazgo, el Departamento de Transporte de Wisconsin no pudo defender su modelo de demanda de tránsito frente a la corte, fallando en proveer estándares básicos de competencia por parte de una agencia.

Walker además continúa promoviendo carísimas expansiones de carreteras en lugares donde las millas de viaje por vehículo están bajando. Y puso barreras al proyecto de un tranvía en Milwaukee, a pesar de que este estaba financiado casi totalmente por la ciudad y no por el estado. Walker sería una elección totalmente contraria a lo que necesita este puesto.

 

Dewey Bartlett

Dewey Bartlett, el alcalde republicano saliente de Tulsa, Oklahoma, también se ha ofrecido al equipo de transición de Trump. Bartlett anunció su deseo de ser secretario del DOT en su último discurso del Estado de la Ciudad a principios de la semana. Declaró tener experiencia como el ex comisionado de la Autoridad de Autopistas de Oklahoma y haber hecho esfuerzos para mejorar la eficiencia energética de los vehículos de la ciudad. A su vez, sus iniciativas para revitalizar el centro de Tulsa y sus ideas progresistas en cuanto a transporte lo convierten en una elección interesante.

También lo es el ex alcalde republicano de Indianápolis, Greg Ballard. Ballard expandió la red de transporte de la ciudad, como también lo hizo Betsy Price, alcaldesa de Forth Worth, Texas. Ambos no se encuentran necesariamente entre los candidatos de Washington, pero sí entre los labios de los expertos clave en transporte.

Lo mismo sucede con algunos líderes estatales del departamentos de Transporte, como Aubrey Lane de Virginia y Paul Trombino, que renunció la semana pasada a su puesto en Iowa. Ambos líderes son fuertes partidarios de tener alternativas cuando se trata de transporte. Trombino, en particular, fue aplaudido al admitir que las carreteras deben disminuir su crecimiento y no aumentar en el futuro.

A pesar de su mensaje de ‘drenar el pantano’, Trump no se ha alejado de los conocidos de siempre en Washington, los que han llenado el equipo de transición (el hombre liderando la transición en del Departamento de Transporte ha hecho lobby durante mucho tiempo por la industria de asfalto). Pero el puesto de Secretario de Transportes podría ser una interesante oportunidad para atraer a alguien del mundo privado, incluso si esto implica para este individuo ganar un sueldo más bajo. Alguien con mucha experiencia negociando alianzas público-privadas desde ‘el otro lado’ podría traer mucha experiencia a la propuesta de Trump de privatizar las inversiones en infraestructura. Un ejecutivo de alto nivel en FedEx o UPS podría también traer perspectivas frescas sobre carga, logística y nuevas tecnologías.

El secretario de DOT seguramente tendrá un fuerte impacto en darle forma a la idea tan discutida (pero poco detallada) de gastar más dinero en infraestructura. Puesto que privatizar todos los proyectos no es una opción viable, es importante tener a alguien con experiencia en dólares públicos.

 

Greg Hughes

Con esto en mente, uno de los candidatos más interesantes en la mesa es Greg Hughes, presidente republicano de la Cámara de Representantes de Utah, quien ha confirmado estar en conversaciones con el equipo de transición de Trump. Fue una de las personas que apoyó al presidente electo en las primarias, ha sido el líder de la Autoridad de Tránsito de Utah y dirigió la expansión del transporte público regional de Salt Lake City.

Además, empujó las redes de bus rural e incluso aumentó el gasto en transporte a nivel estatal en 2015. Todo esto es algo muy bueno. Clave también es su experiencia negociando diferentes modos de transporte entre ciudadanos rurales y urbanos como representante de los suburbios de Salt Lake City y luego líder de la agencia estatal del tema. Debido al énfasis en el EEUU rural de la campaña de Trump, un secretario de Transportes que toma esto en cuenta sería una decisión estratégica.

Quizás el nuevo líder del DOT trabajará en expandir el concepto de ‘igualdad de transporte’ entre los estadounidenses rurales, como lo hizo en el mundo urbano el actual jefe del DOT, Anthony Foxx.

 

Un nuevo secretario de DOT con cerebro suficiente para ver el cambio climático como un hecho podría ser también una voz racional en el gabinete de Trump. El presidente electo ha negado su existencia y ha criticado todas las regulaciones ambientales incluyendo los estándares de eficiencia energética, un área que obviamente se intersecta con el transporte. Un secretario que promueva opciones más limpias y eficientes para usar los recursos energéticos –apoyando estándares de eficiencia, vehículos eléctricos y opciones de movilidad no fósiles– podría ayudar a dar más esperanzas a los ecologistas de que esta presidencia no será el fin del planeta.

El secretario de Transporte es un puesto que suele llenarse al final y se suele ocupar para dar cierre al gabinete en términos de su diversidad política (alfo que pasó con Obama y George W. Bush). Es, de todas maneras, más que probable que un conservador tome el puesto, dado el tono de la campaña campaña y una elección profundamente polarizada. Sin embargo, el puesto también podría dar algo de variedad profesional al gabinete: gente de distintos niveles de gobierno pueden estar entre los candidatos.

Hasta ahora, el liderazgo de Trump ha estado marcado por acciones compulsivas y con falta de foco, pero quizás, solo quizás, con menos atención mediática y más tiempo, el equipo de transición pueda tomar una decisión más meditada en un puesto que importa muchísimo. La infraestructura de transporte es más que un fin en sí mismo. Ayuda a aumentar el acceso a empleo y educación, provee igualdad para comunidades en desventaja, cambia el impacto medioambiental y puede generar desarrollo económico, cambiando los patrones de uso de tierra. En esta administración, un miembro de gabinete bien escogido que marque diferencias en términos de liderazgos podría llegar muy lejos.

 

Fuente:

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.

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