No tienen perdón: Prendieron fuego un colectivo de colección

El episodio ocurrió en la madrugada del domingo, en la localidad de Ciudad Jardín Lomas del Palomar.

El mundo de los coleccionistas de vehículos clásicos se vio envuelto en una triste noticia, en la que fueron acompañados por la indignación del resto de la sociedad. El domingo por la madrugada, alrededor de las 2 horas, el «Indiecito», un colectivo 187 antiguo, fue prendido fuego de manera intencional, en la localidad de Ciudad Jardín Lomas del Palomar.

Según relató Andrés, el dueño, en diálogo exclusivo con N3F, había estado todo el día trabajando en el rodado. Como estaba muy cansado, lo dejó estacionado en la puerta de su casa, en Breadley y Rojas, en lugar de llevarlo a guardar. Durante el transcurso de la noche, recibió un llamado telefónico donde le avisaban del incidente.

Por lo que estiman, una persona subió al colectivo para efectuar el robo de algunos elementos, pero, al no encontrar nada debido a que hace un mes ya había sufrido otro ilícito donde se llevaron el estéreo y otros objetos, decidió prenderlo fuego. Las llamas comenzaron a propagarse, por lo que los vecinos salieron a ayudar con matafuegos y baldes de agua hasta que acudieron dotaciones de Bomberos Voluntarios del Destacamento N°1 de Ciudad Jardín, quienes apaciguaron el fuego que se habían desatado.

El habitante del distrito todavía está consternado por la situación y está viviendo un momento difícil, debido a que vio cómo su esfuerzo de tantos años se deshizo frente a sus ojos. «Estoy desolado. No quedó totalmente destruido, pero tuvo pérdidas importantes. Más que nada en la parte interior con los asientos. Yo siempre trato de sacar lo positivo de las cosas y me quedo con la cantidad de llamados que he recibido durante estas últimas horas. Se ve que lo bondadoso que fue siempre uno con las visitas al colectivo, dan sus frutos», aseguró.

Por otro lado, se sorprendió por el cariño que le tomaron varios vecinos del barrio mencionado. «Se integró como algo cotidiano de la localidad. Era pasar por la puerta de mi casa y que estuviera ahí muchas veces. Es más, en los grupos están tirando ideas de hacer eventos para poder darme una mano en la restauración, que estimo que me llevará aproximadamente un año. Hay que volver a ponerle amor, tiempo y dinero«, explicó.

Otra consecuencia demasiado triste de este episodio es que el 11 de abril es el cumpleaños de su hijo, que actualmente tiene siete años. Y el sueño que tenía de poder repetir el festejo que hizo el año pasado se vio truncado. Según comentó Andrés, en el 2016 habían pasado a buscar a sus amigos con el colectivo y los habían llevado al cine. «Están atónitos. A los chicos los apena mucho«, añadió.

En 2011, había comenzado esta aventura cuando conoció el vehículo en un garaje de Pablo Podestá. Gracias a ahorros y ayuda de otros fanáticos pudo iniciar el proceso de restauración. Allí nació «La Banda del Inidiecito», conformada por más de 10 vecinos de Tres de Febrero. Él decidió comprar un 187, que desapareció hace 35 años, y lo hizo por sentimentalismo porque, si bien no anduvo por el partido en su momento, lo hizo por San Martín, Capital, San Isidro y en ese recorrido se conocieron sus padres.

«Mi valor agregado es que, a pesar de estar restaurado, le dejé detalles del desgaste diario por el uso. La idea es que la gente se pueda sacar fotos y observe cómo era el transporte en ese momento«, había explicado en la previa a la «1° Exposición de Autos Clásicos» que se desarrolló a mitad del año pasado, en Ciudad Jardín Lomas del Palomar.

Festejos por los 88 años del Colectivo Porteño en Parque Avellaneda

Además de hacerlo como un objetivo personal, Andrés también lo puso a disposición para causas solidarias. El año pasado, una familia de Caseros sufrió un incendio trágico, donde se perdió la vida de una pequeña alumna del Jardín Pinocho. Los demás padres comenzaron una colecta de donaciones para dar una mano a los damnificados.

Y Andrés, quien había sido presidente de la Cooperadora Jardín Pinocho, fue quien coordinó todo y quien colaboró con la utilización del «Indiecito» para los traslados. Como la cantidad de elementos recaudados superó las expectativas, él se tomó el trabajo de acercarlos hasta una fundación, ubicada en Ruta 8. Además, en base a eso, les había ofrecido su colectivo a los encargados de la fundación para cuando lo precisaran.

 

Fuente:

N3F

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