Propietarios de buses en el dilema de renovar flota

Nicaragua – En la transcurrida y ruidosa terminal de buses del mercado Israel Lewites de Managua salen aproximadamente 300 unidades de transporte hacia otros municipios de la capital, ciudades de Occidente y Sur del país. Algunos de los buses están pintados de vistosos colores en el exterior y adentro tienen asientos de lujo, televisores y equipos de sonido.
Sin embargo, en otras unidades se puede notar que ya han superado su vida útil, aunque continúan transportando a cientos de pasajeros cada día.

Los dueños no pueden cambiar las unidades porque hay mucha competencia por los pasajeros y no les alcanza para comprar buses nuevos, aseguró Luis Sandoval, que ha trabajado como cobrador y conductor en transporte colectivo desde hace cuarenta años.

Hay conductores que optan seguir viajando “mientras el bus le permita trabajar”, señaló Rubén Lacayo, presidente de la cooperativa Cooprexunic, que regula 12 vehículos pesados, que salen del mercado Lewites rumbo a Chinandega.

“Tenemos un pasaje muy barato, que no nos da para estar cambiando unidades frecuentemente y tenemos una gran competencia entre nosotros mismos. Entonces, no puedo decir que voy a cambiar cada cinco años la unidad, si solo nos da para mantenernos a nosotros mismos. Para cambiarla (tendríamos) que enjaranarnos”, afirmó Lacayo.

Por su parte, Sandoval sostiene que el pago de los trabajadores y el mantenimiento de un bus,  que incluye cambios de aceite cada 15 días, cambios de llantas cada seis meses, combustible y reparaciones mecánicas; agregándoles la poca afluencia de pasajeros por la competencia entre cooperativas, impide que muchos transportistas sigan usando los buses viejos por más tiempo.

Buses “más seguros”

Francisco Mendoza, presidente de la Cooperativa de Transporte (Cotran), que viaja a los departamentos norteños del país, aseguró que los buses más seguros para los usuarios son los “amarillos”, que ya fueron usados en EE. UU. como transporte escolar.

“Son mejores para protección de pasajeros, porque están hechos para proteger a los niños  y su carrocería es tan fuerte que no permite que se deforme”, consideró Mendoza. En esa cooperativa, consta de 110 unidades, la cual cubre las rutas que salen de la capital a departamentos como Matagalpa, Estelí, Jinotega, Jalapa y Waslala, más de la mitad de los vehículos son de los “amarillos” utilizados para el transporte ordinario.

Cambiar una unidad de transporte también depende de las necesidades del propietario y el tipo de ruta que tenga. Los expresos, conocidos también como “Marcopolo”, son cambiados con más frecuencia, puesto que en este sector no es rentable dejar envejecer el bus, por el desgaste al que es sometido el automotor y los costos de mantenimiento, precisó Mendoza.

Normalmente, los buses son descartados cuando ya no pueden realizársele más reparaciones y tendrá que ser vendido como chatarra y repuestos o revendido a dueños de rutas más cortas dentro de los departamentos, o cuando la competencia con otros transportistas “obligue” al socio a garantizar un mejor servicio a sus usuarios, precisó Mendoza.

¿Remodelarlos?

Rubén Lacayo, quien además de conductor es propietario de buses, afirmó que si se invierte en el mantenimiento constante de los buses, el gasto es inferior porque pueden detectarse las piezas deterioradas a tiempo.

Este propietario optó por remodelar la parte mecánica y estética de su unidad que viaja con destino a Chinandega, un bus estadounidense del año 1981, que tiene alfombras de colores y asientos reclinables. El gasto de esta operación ascendió a los US$4,500, mucho menos de lo que pudo haberle costado un vehículo nuevo.

José Alejandro Mora, quien ha trabajado en remodelaciones de buses en la capital desde hace más de 30 años, opinó que los dueños de los automotores acuden constantemente a su negocio, principalmente para ampliar los asientos para que quepan más pasajeros y para reparar los daños que los mismos usuarios han hecho.

“Es diez mil veces mejor. Si tiene un bus, mejor renuévelo”, recomienda Mora. En seguida agrega: “Cuando los transportistas miran los resultados, cuando andan bien sus vehículos, cuando los buses andan bien chajineados con música y todo, la gente los espera. Ellos se dan cuenta que cuando invierten, vale la pena”.

En dependencia del cuido que les den a los buses que han sido remodelados, estos pueden durar hasta siete años más después de haber sido modificados, señaló Mora.

Microbuses

En el caso de los microbuses de rutas intermunicipales, con destino a los departamentos de Carazo, León, Masaya y Granada, los transportistas argumentaron que renuevan sus flotas vehiculares cada siete años, y posteriormente son revendidos a rutas más cortas en sus departamentos de origen.

Sergio Palacios, conductor de la cooperativa Josué 1:9, que cubre la ruta Managua-Carazo, opinó que “en la cooperativa, estamos al cien, estos microbuses apenas tienen como tres o cuatro años. Es normal que una llanta se ponche, es lo más común”. Los gastos de remodelaciones dentro del vehículo se hacen cada año, y se invierten aproximadamente C$8,000, señalaron los transportistas.

Al igual que los buses más grandes, los costos también limitan a los dueños de los vehículos puesto que más del 60% de las ganancias son utilizadas para los gastos diarios y mantenimiento de los microbuses, señaló Marvin Medrano, otro conductor de la misma cooperativa.

 

Fuente:

El Nuevo Diario

Artículos Relacionados

Redes Sociales

212,157FansMe gusta
21,464SeguidoresSeguir
9,036SeguidoresSeguir

Últimas Noticias

spot_img
error: Contenido Protegido