Demolieron el edificio Marconetti, pero aún no hay fecha para la prolongación del Metrobus del Bajo

Sobresalía, adelantado sobre la traza de la avenida Paseo Colón al 1500, frente al Parque Lezama. Era una torre, perceptible desde lejos, en especial en su lado derecho, donde tenía una famosa publicidad de Cinzano. Pero ahora ya no se ve más: después de cinco meses, a pico y maza, el edificio Marconetti fue demolido.

La construcción estuvo tomada durante 32 años, y en abril la Justicia ordenó el desalojo. Poco después la Ciudad comenzó a tirarlo abajo, dado que necesita ensanchar la avenida para prolongar el Metrobus del Bajo desde Independencia hasta La Boca. Sin embargo, entre la necesidad de otras obras previas y el ajuste presupuestario, aún no hay fecha para iniciar ese proyecto.

El edificio fue construido en 1929 por la familia Marconetti, que fuera propietaria de una fábrica de pastas ubicada justo detrás. Su utilidad primaria fue la de vivienda para los empleados del negocio, por lo que nunca se dividió en unidades. Pero con el tiempo sus huéspedes cambiaron: en su segundo piso funcionó el Consulado de Grecia y en los ’70 y los ’80 llegó a ser conocido como «el edificio de los artistas».

El edificio Marconetti fue desalojado en abril, tras 32 años de ocupación ilegal.

Por sus once pisos pasaron músicos, escritores, periodistas, escultores y actores. También, sus paredes fueron testigos de la Dictadura y su metodología del terror, con el secuestro en manos de un grupo de tareas de Cristina y Néstor Morandini, hermanos de Norma, ex-senadora nacional por Córdoba.

Desde 1986 pertenecía al Gobierno porteño y hasta abril estuvo ocupado por cinco personas que se negaban a ir. Con el ofrecimiento de créditos desde el Instituto de la Vivienda de la Ciudad -y también con acusaciones de usurpación y órdenes de desalojo de por medio- el edificio quedó deshabitado y en julio se empezó a demoler.

«En diciembre se terminaron los trabajos de demolición. Las tareas fueron manuales, hubo que desmontar todas las aberturas, pisos y rejas para que pudieran ser reutilizados», informó la Secretaría de Transporte porteña en un comunicado. Y ampliaron: «En los próximos días empezará la colocación de veredas y al mismo tiempo se hará la restauración de la fachada del edificio que estaba detrás del Marconetti y donde antiguamente funcionaba la fábrica de pastas de la familia».

En principio, este año sólo se haría la ampliación de la avenida. A la prolongación del Metrobus del Bajo habrá que esperarla un poco más.

El primer tramo del circuito para colectivos fue inaugurado en junio de 2017. Funciona desde Independencia hasta Retiro, para 30 líneas de colectivos que mueven unos 300.000 pasajeros por día. Lo que resta para completar la obra son 1,9 kilómetro, que se extenderán por Paseo Colón y Almirante Brown, hasta la calle Wenceslao Villafañe, en La Boca. En ese tramo fue necesario primero expropiar propiedades para luego ampliar la avenida Paseo Colón y recién después instalar los carriles exclusivos, dos cuestiones todavía pendientes.

Antes de la crisis económica, el Marconetti era la última traba en el camino del Metrobus. Antes, el Gobierno porteño había logrado acordar con los habitantes del resto de las propiedades ubicadas en las seis cuadras entre Independencia y Brasil, y que también hay que demoler. Son, entra otras, una sede del INDEC, un centro cultural, un predio deportivo, la Escuela Taller del Casco Histórico, un centro de atención de niños y adolescentes, el colegio Isauro Arancibia y el ex-centro de detención Club Atlético, que el Ejecutivo aclaró desde un principio que no tocaría porque es un espacio para la memoria.

El proyecto para hacer el Metrobus del Bajo se anunció en 2013, junto a los de las avenidas Cabildo/Maipú, San Martín y la autopista 25 de Mayo, ya todos inaugurados. Pero las dificultades que plantea su construcción y el rechazo que generó -sumado a la ocupación del Marconetti- lo dilataron.

El ensanche de la avenida Paseo Colón que se concretará ahora estaba proyectado desde enero de 1946. Figura en el decreto N° 1.436 de ese año, y luego fue relanzado por las ordenanzas hechas bajo el gobierno militar de Juan Carlos Onganía y de Osvaldo Cacciatore, intendente de facto durante la última Dictadura. En 2013 se retomó la idea, y, poco después, el entonces jefe de Gobierno Mauricio Macri ordenó el desalojo administrativo del edificio para hacer el Metrobus y ampliar la avenida. El Marconetti ya no existe, Paseo Colón está en vías de ser agrandada, pero lo que resta es el prometido Metrobus.

 

Fuente:

Clarín

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