El mercado brasileño de buses eléctricos crecerá más rápido que lo esperado

El mercado brasileño de buses eléctricos experimentará un crecimiento considerable en los próximos años.

El fabricante chino BYD estima que las unidades eléctricas podrían alcanzar una cuota de mercado de 1% para 2020, que se duplicaría cada año. La firma espera vender 100 unidades en 2019 y unos 300 en 2020.

Esta perspectiva positiva se basa en los esfuerzos de grandes ciudades, como São Paulo, en el combate de la contaminación y el cambio climático a través de la reducción de las emisiones de carbono.

BYD instaló en Brasil una fábrica de buses eléctricos en 2015 para capitalizar este mercado. Hasta ahora, ha cerrado un acuerdo por más de 15 unidades con un operador en la ciudad de São Paulo que comenzará a operar el próximo mes. Otras ciudades con flotas de buses eléctricos son Santos, Campinas, Volta Redonda, Bauru y Maringá.

«Muchos municipios están fijando cuotas de buses eléctricos. Otras ciudades están negociando con nosotros, así que podríamos tener al menos 10 ciudades usando buses eléctricos en Brasil a fines de este año», dijo a BNamericas el director de marketing, sostenibilidad y nuevos negocios de BYD en Brasil, Adalberto Maluf.

Los buses eléctricos tienen mucho potencial en Brasil gracias a la tendencia del país a adoptar la generación renovable. Las grandes reservas de niobio y litio, cruciales para las baterías de los vehículos eléctricos, refuerzan este potencial.

De acuerdo con el presidente ejecutivo de Siemens en Brasil, André Clark, el desarrollo de la movilidad eléctrica podría impulsar negocios relacionados. Planteó como ejemplo el surgimiento de soluciones integradas para que distribuidoras eléctricas puedan operar buses en el futuro.

«Esto cambia completamente el negocio. Las ciudades buscan este tipo de solución porque reduce el ruido y la contaminación, que es mejor para los ciudadanos. Será algo muy importante», señaló Clark a BNamericas.

El creciente mercado brasileño de buses eléctricos podría tener impacto a nivel mundial, ya que el país es el líder de la industria automotriz en Sudamérica y el reciente acuerdo comercial entre el Mercosur y la UE le permitiría exportar los buses eléctricos que produzca.

NO HAY APUESTA SEGURA

Sin embargo, el sector también enfrenta importantes desafíos. Además de la falta de conocimiento de la tecnología entre los operadores, los costos iniciales de las unidades eléctricas son mucho más altos que los de los buses convencionales y se reducen solo después de 10 años de uso.

Otro escollo es el déficit de infraestructura de recarga, que genera un costo adicional.

PERSPECTIVAS

Aun así, están surgiendo oportunidades ahora que los proyectos, combinados con la generación solar distribuida —más barata que la electricidad de las distribuidoras convencionales—, contribuyen a la recuperación de las inversiones en arriendo de baterías y estaciones de recarga.

Si bien el programa federal Rota 2030 incentiva a la industria automotriz local, por ejemplo, a través de exenciones tributarias, también genera cierta controversia. Ejecutivos como Clark creen que el programa ayudará a impulsar el mercado de vehículos eléctricos, pero Maluf plantea que sería más eficaz si se hubieran definido objetivos concretos de eficiencia energética.

Sin embargo, es de consenso que la rapidez del crecimiento del mercado dependerá de los esfuerzos integrados entre el gobierno y la empresa privada.

«El cambio dependerá de muchas acciones concretas y de muchos actores diferentes, como fabricantes de autobuses, municipios, entes reguladores, bancos, operadores logísticos y la propia sociedad», concluyó el jefe de desarrollo del negocio automotor de Siemens en Brasil, Alexandre Sakai.

 

Fuente:

BNAmericas

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