Luego de casi dos días sin funcionar, más de 60 líneas de colectivos volvieron a funcionar. Reclamaban aumentos salariales y por la reincorporación de un delegado despedido.
El paro había comenzado el lunes al mediodía de manera sorpresiva cuando los choferes exigieron un aumento salarial y la reincorporación de dos delegados despedidos.
En medio de ese reclamo, se produjo una toma violenta de la sede del sindicato de la UTA, en la que una facción disidente exigió la renuncia de su titular, Roberto Fernández.