Rosario: Denuncian que cada verano hay menos colectivos en la calle

Un informe del Observatorio Social del Transporte muestra que las frecuencias caen en promedio respecto a años anteriores.

Luego de que el lunes se oficializara el aumento de subsidios nacionales que percibirá el sistema de transporte de la ciudad, que llevará el aporte de 37 a 105 millones de pesos por mes, el concejal del PJ, Eduardo Toniolli, presentó un informe que muestra la caída interanual de las unidades en la calle y pidió a la Municipalidad que instrumente una mejora del servicio.

El trabajo, que el Observatorio Social del Transporte realiza cada verano desde el 2016, compara las grillas de horarios estivales con las de los veranos anteriores, evidenciando una nueva caída en las frecuencias. «Nos vamos encontrando con que año a año hay menos unidades de colectivo en la calle», señaló Toniolli, quien agregó que «este verano 2020 no es la excepción».

Por ejemplo, apuntó que «los servicios en horas pico de este verano sufrieron una reducción de 40 unidades (casi el 7 por ciento del total) respecto del verano 2018, siendo Rosario Bus, seguida por El Cacique, las empresas que más unidades sacaron de la calle». La comparación con el mejor año, que fue 2017, arroja que Rosario Bus retiró 32 coches (11,3 por ciento de su parque de verano), mientras que en las líneas hoy operadas por El Cacique la reducción fue de 11 unidades (8 por ciento de reducción), y en la estatal Movi en cambio hubo un aumento de 2 unidades (equivalente al 1,2 por ciento de incremento).

Peores frecuencias Además, marcó que «la frecuencia promedio en hora pico se espació un 9 por ciento más en dos años, a lo que además hay que agregar que se trata de la grilla oficial, que suele no cumplirse, sobre todo en el caso de las empresas privadas». Incluso, agrega que a la quita de unidades en algunas líneas, se le suma que en la mayoría de las mismas además los coches realizan menor cantidad de vueltas, sea por reducción de velocidad, salida tardía o reingreso anticipado al galpón, agravando la situación.

«Para ver el impacto concreto que tiene en la experiencia cotidiana de los usuarios, siempre es importante mostrar algunas líneas concretas», señaló Toniolli, y amplió: «El 101, tanto rojo como negro, pasó de tardar 19 minutos a 24, el 103, tanto rojo como negro, pasó de tardar 13 minutos a 18, y el 106 rojo, de 33 minutos pasó a 54 de separación promedio entre unidades en horario pico, lo que representa un aumento sustancial en la demora entre coche y coche».

El estudio muestra, también, que la mejor calidad de servicio, respecto a cantidad de unidades en calle, frecuencia a lo largo de la jornada y extensión de la misma, es ejercido por la empresa municipal Movi. Incluso, menciona dos casos de líneas que mejoran cuando fueron pasadas a su gestión (102 Roja y 106 Negra/Roja) y otras dos que empeoran (133 Negra/Verde) luego de ser transferidas a la Rosario Bus.

Al respecto, el titular del peronismo rosarino recordó que «la gestión de Alberto Fernández triplicó los subsidios mensuales al transporte en relación a la de Mauricio Macri», y esto permitió el municipio congele la tarifa del boleto. En ese sentido, opinó que «la segunda medida que debe tomar el Estado local es poner bajo la lupa la calidad del servicio para mejorarlo, y en ese marco no hay mucha ciencia: hay que instalar más unidades en las calles, mejorar las frecuencias, y después controlar a las empresas para que cumplan».

La implementación del boleto educativo gratuito, promesa de campaña del gobernador Omar Perotti, aún está llena de incertidumbre. El secretario de Transporte de la provincia, Osvaldo Miatello, aseguró ayer que el gobierno está «encerrado» por falta de recursos para aplicar el programa.

«Estamos trabajando desde el punto de vista técnico, lo tenemos avanzado, pero tenemos dificultades. El presupuesto que mandó (Miguel) Lifschitz no tiene un centavo para el boleto educativo», se quejó.

Miatello explicó que este plan difiere «de otras franquicias, como la de los mayores de 69 años o el medio boleto, que no las paga el Estado, las paga el sistema. Se incluyen en el estudio de costos y las termina pagando el resto de los usuarios». En cambio, en este caso, aclaró que se trata de «un aporte directo del gobierno que tiene que ver con fomentar la educación».

El funcionario advirtió que la implementación del beneficio para el inicio del ciclo lectivo 2020 está supeditado a la aprobación de la ley de emergencia económica, que permitiría la reasignación de presupuesto requerida. «No hay magia, los recursos de algún lado tienen que salir, habrá que dar los debates que haya que dar, pero es necesario que tengamos esos instrumentos», afirmó.

Fuente:

La Capital

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