La soledad de las paradas de colectivos y las calles vacías en cuarentena parecen ser los medios ideales para que los ladrones, armados y violentos, puedan atacar a trabajadores esenciales sin ninguna consecuencia.
Dos hechos muy parecidos, uno en Merlo y otro en Avellaneda, dos trabajadores que esperan el colectivo, dos asaltos brutales.