Aunque pensar que un autobús se puede mover fácilmente por el hielo de un glaciar puede sonar a quimera, lo cierto es que es posible. Eso sí, no puede ser un vehículo cualquiera, sino un bus que más bien parece sacado de una película de ciencia ficción.
Es de color rojo, tiene 15 metros de largo, un motor de 850 caballos y ocho ruedas de casi dos metros de diámetro cada una. Unas cualidades que le permiten cruzar grietas de hasta tres metros de ancho y alcanzar los 60 kilómetros por hora. Su consumo, eso sí, es elevado, ya que llega a gastar 45 litros de gasolina por km.
Ha sido creado con fines turísticos y recorre el glaciar de Langjokull, el segundo más grande de Islandia, aunque está en peligro de desaparición. Sigue perdiendo hielo y se estima que para finales de siglo dejará de existir. El tour cuesta 60 euros y es muy popular entre los pocos visitantes que ahora acuden al país, en mitad de la segunda ola de coronavirus en Europa.
La galería de fotos
Fuente:
Fotos: Halldor Kolbeins / AFP
