Luego de la publicación del artículo donde se habla del posible camino hacia un transporte gratuito (por la cantidad de subsidios repartidos por el Estado a las empresas), recordamos que hace exactamente un año, el titular de la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMT), Marcelo Ferraris, había ratificado que el costo real del boleto sin los subsidios aportados por la Nación y la Provincia, tendría que haber sido de $60 en la Ciudad de Salta.
En la actualidad casi el 80% del valor del boleto del AMBA se encuentra subsidiado, por lo que se está más cerca de un transporte «gratuito» que de un transporte público-privado, donde los valores de los boletos no tienen ninguna subvención del estado. En este último caso, el precio del boleto actual debería ser de casi $70 pesos para poder cubrir las operaciones, costos, personal y mantenimiento de las flotas. Un precio elevado si se tiene en cuenta el estado económico y la inflación en el cual se encuentra el país.
La opción que se implementa en casi todos los países desarrollados es de un porcentaje mínimo de subsidio y el resto de los ingresos se encuentran atados a la recaudación.
Descontamos que el transporte brindado en esos casos es moderno y de calidad, un detalle no menor si lo comparamos con Argentina, donde solamente algunas empresas poseen una flota moderna, con unidades limpias, con aire acondicionado y un servicio con buena frecuencia.
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