El ministro de Transporte de CABA imagina una ciudad sin paradas fijas de colectivos

Juan José Méndez, secretario de Transporte y Obras Públicas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, anticipó los avances en el transporte en las urbanizaciones.

“La pandemia tuvo un impacto enorme y en la movilidad introdujo un elemento del distanciamiento que dio en el corazón de la vida urbana: la alta densidad. Parte del éxito en la vida en la ciudad es que compartimos espacios pequeños, la hace económicamente más accesible y eficiente. Nos gusta ir a los bares con más gente y las obras de teatro más concurridas. En el transporte se tuvieron que poner limites. Le cambio la vida a todo el mundo”, explicó Juan José Méndez, secretario de Transporte y Obras Públicas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en el marco de la primera edición del evento de movilidad organizado por LA NACION.

El funcionario también se refirió a los desafíos de una era autónoma y sustentable: contó las transformaciones que ocurrieron durante la cuarentena y aquellas que llegaron para quedarse en la nueva normalidad. El auto está llegando a los niveles de la prepandemia, en un 90%. En el transporte público, según Méndez, se volvió al 65% al uso de colectivos y 30% al de subtes. El único medio que creció en este tiempo fue la bicicleta. Su uso superó el 125% respecto de antes de la pandemia. “La Ciudad de Buenos Aires estaba preparada”, dijo en la charla que mantuvo con el periodista de LA NACION, Pablo Fernández Blanco.

Las medidas de adaptación de la Ciudad fueron criticadas, en su momento. Pero para Méndez, los cambios en movilidad se transformaron en resiliencia. “En la pandemia, rápidamente el que nunca uso la bici tenía 250 km de red de ciclovía para probar. Por ahí no la usaba por miedo o por disponibilidad de otras opciones. Para vencer el miedo tuvo una red segura. Con respecto a las plazas, decían que era un gasto superfluo pero fue donde terminamos festejando los cumpleaños. Donde había autos, llevamos la actividad gastronómica al aire libre”, agregó.

La infraestructura incluye al sistema público de bicicletas pero también las privadas. Sobre los robos de las mismas, Méndez comentó: “En el ultimo tiempo el vandalismo tiende a 0. Hay un compromiso ciudadano de cuidarlas. Nos reportan cuando hay un daño; hay participación y con tecnología incorporamos avances y no tenemos pérdidas. Respecto de bicicleta privada, lo más importante es que todos los garajes de la ciudad están obligados a recibir bicicletas a 10% del precio de un auto”.

Durante la cuarentena se incorporaron ciclovías a avenidas de mayor afluencia, mientras que antes estaban, principalmente, en calles secundarias. “En las avenidas Córdoba y Corrientes se sumaron 17km en un mes y medio de intervención. Aumentó más del 300% la cantidad de ciclistas en esos corredores y se cuadruplicó la cantidad de mujeres porque les resultan más seguros esos corredores. Descubrimos que era bueno para la pandemia y para generar equilibrio de genero en movilidad en bicicleta”, dijo.

La brecha de genero en el transporte impacta en el acceso de oportunidades debido a que si hay diferencias en la movilidad, hay diferencias en cómo y cuánto se accede a la educación, salud o trabajo. La mujer, según los datos de Méndez, hacen más viajes, menos lineales, pasa más tiempo en el transporte, gasta más plata en su uso y sufren más la inseguridad.

En 10 años, me imagino a la Ciudad con 0 en los siniestros viales, movilidad eléctrica y capacidad infraestructura flexible como con la Avenida Corrientes, que a la mañana tiene autos y a la tarde un espacio para transporte publico y un espacio de disfrute. Lo vamos a ver en muchos lugares. Además también, me imagino que los colectivos no tendrán paradas fijas”, concluyó.

 

Fuente:

La Nación

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