Bariloche recupera el turismo grupal tras meses de prohibición

Desde hace un mes llegan contingentes a esta ciudad, integrados en su mayoría por personas mayores de 60 años. Destacan que aportan ingresos al sector y empleos. Este domingo arribarán los primeros egresados.

A la espera de sumar este fin de semana los primeros viajes de egresados, Bariloche ya comenzó a percibir el impacto del turismo grupal, que está habilitado desde hace un mes y que genera fuerte demanda en hotelería de media y baja categoría, además de excursiones, regalos y otros servicios.

Se trata de un segmento que se mueve en ómnibus, con paquetes prearmados -por lo general de cinco noches- a precios promocionales que serían imposibles de conseguir por un turista individual que contrate cada servicio por separado.

Esa modalidad funcionó en forma parcial durante la apertura del último verano, pero en marzo quedó suspendida por decreto presidencial, hasta que otro decreto rehabilitó los grupos desde el 1 de septiembre. A partir de ayer también está permitido el ingreso de estudiantes.

El secretario de Turismo, Gastón Burlón, dijo que los viajes en grupo tienen un gran efecto dinamizador para el sector. “Genera empleo para los guías, los transportistas, prestadores de todo tipo. Cuando no está se nota en seguida”, dijo Burlón. Lo mismo ocurre, pero ampliado, con el turismo estudiantil, que también fue suspendido de un día para otro hace ya seis meses y volverá este fin de semana.

Burlón dijo que mañana llegará el primer grupo y que las empresas que trabajan con egresados mantendrán -como mínimo- un ritmo de 3.600 pasajeros semanales hasta fin de año. El número se podría ampliar, pero una de las limitantes es el transporte aéreo, porque las compañías no tienen más asientos disponibles.

El presidente de la Cámara de Turismo de Río Negro, Néstor Denoya, dijo que los grupos de turismo general llegan masivamente desde comienzos de septiembre, que se manejan en burbuja y cumplen con los protocolos establecidos, por ejemplo para los traslados, que no deben exceder el 80% de la capacidad de los buses o minibuses.

Explicó que hay un público de ingresos medios que elige ese formato porque “es mucho más barato”. Dijo que el turismo grupal llegó para cubrir “una necesidad muy grande” y según notó en los últimos días “la gente estaba con muchísimas ganas de irse, de viajar” y los barilochenses de “trabajar como antes de la pandemia”.

Servicios a bajo costo

Los paquetes incluyen por lo general el viaje, el hotel (entre una y tres estrellas, por lo general), media pensión y un par de excursiones básicas, como Circuito Chico y Catedral. Una vez en Bariloche contratan otras como San Martín de los Andes, El Bolsón o Tronador, pero en comparación les resultan caras y se miden los gastos.

Si bien es una modalidad muy utilizada por centros de jubilados, también viajan así familias y grupos que se conocen de clubes, mutuales u organizaciones barriales. Otras son organizadas por las mismas agencias, que publicitan la partida a Bariloche para un día fijo (por ejemplo el 15 de octubre) y apuestan a cubrir el cupo para que les cierren los números.

El precio de los paquetes puedvariar entre 20 y 35 mil pesos (con cinco noches en la ciudad), lo cual resulta muy atractivo porque solo un tramo en ómnibus desde Buenos Aires a Bariloche, contratado en forma aislada, cuesta no menos de 10.500 pesos.

Algunas fuentes consultadas aclararon que el viaje “en grupos”, si bien está permitido desde el 1 de septiembre, “nunca dejó de existir”, porque es muy difusa la diferencia con el turismo individual. Estaba vedada la autorización de micros chárter, pero si los pasajeros suben a un servicio de línea, se conocen entre sí y viajan juntos, nadie lo puede objetar.

La fuente dijo también que plantear un aforo máximo del 80% en los colectivos “no tiene ningún sentido desde lo sanitario, porque no previene nada” y sólo causa perjuicio económico al transportista. En el contexto de las nuevas flexibilizaciones, esa regla estaría a punto de ser eliminada.

Pocos requisitos

El representante de la agencia de viajes santafesina Lucat Viajes, Sebastián Martina, dijo que comenzaron a operar nuevamente a mediados de septiembre y que más del 50% de sus pasajeros es gente que supera los 60 años.

Señaló que les piden a los pasajeros el registro en la aplicación Cuidar y el cumplimiento de todos los cuidados sanitarios, “pero no es requisito tener vacunas completas ni test previo al viaje, porque nadie lo exige”.

Dijo que algo para destacar es “la buenísima predisposición” de todos los que se ocupan del “receptivo”, como los guías, los choferes y hasta los mozos, que “se muestran contentos y agradecidos de volver a trabajar”. Opinó que antes a lo mejor el turismo de grupos pasaba desapercibido, porque era “un hábito, algo instalado”, pero cuando faltó generó graves perjuicios.

Hernán Jaraj, referente de la Asociación de Empresas de Transporte Automotor de Bariloche, dijo que otra de las características del turismo grupal es que “por lo general se conocen todos entre ellos y les gusta hacer las actividades todos juntos”. Señaló que los protocolos se cumplen del mismo modo que en el turismo individual, “pero desde el punto sanitario el grupo es mucho mejor, porque sabés la gente que tenés, quiénes son, quién está vinculado con quién y es más fácil hacer el seguimiento”.

Todo listo para la llegada de los estudiantes

Los grupos de egresados, que estuvieron ausentes todo el año pasado y buena parte de este, volverán a hacerse notar en las calles de Bariloche a partir de este domingo.

La demora del gobierno nacional en permitir la viajes estudiantiles había generado fuerte inquietud entre las empresas del sector y también entre los trabajadores gastronómicos de Bariloche, que permanecieron meses sin empleo y fueron compensados solo en parte por un subsidio nacional.

Burlón dijo que está previsto el ingreso este domingo de los primeros grupos estudiantiles. Agrego que casi todas las empresas de ese segmento ya se pusieron en marcha para reactivar sus operaciones y cumplir con los viajes suspendidos.

Explicó que la principal traba tiene que ver con el transporte aéreo (el medio elegido por la mayoría de los grupos), ya que las compañías empezaron a recibir un aluvión de pedidos y no pueden cubrir toda la demanda.

“Aerolíneas no tiene más aviones disponibles para aumentar las frecuencias y empezó a cambiarlos por otros más grandes, de 330 asientos, porque no tenía otra forma de cubrir -explicó-. También algunas firmas han conseguido asientos en Jet Smart y en Fly Bondi, pero tienen mucha menos capacidad”.

Los estudiantes deben moverse en burbuja, con barbijo permanente, distanciamiento y tienen que cumplir otras exigencias que no existen para el resto del turismo. Se les pide test de Covid-19 negativo antes de viajar, informado en forma directa desde el laboratorio a la empresa (para evitar manipulaciones, como existieron durante el último verano), otro test a la llegada y uno más antes del viaje de vuelta. Si alguno de los jóvenes o los coordinadores da positivo, ya hay hoteles específicos para que cumplan con el aislamiento obligatorio.

Los aforos en los hoteles ahora son del 70% (en la etapa anterior no existió esa limitación) y las discotecas trabajarán con capacidad muy inferior a la permitida. Sólo ingresarán en grupos de a 300 chicos en recintos donde caben 2.000.

Burlón dijo que la intención de todos es poner el máximo cuidado en estas reglas para que no haya nuevos retrocesos. Pero los cupos y regulaciones podrían simplificarse en las próximas semanas si no surgen contagios.

 

 

 

 

 

Fuente:

Bariloche

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