La historia de Mariela Ortíz, la primera chofer del bus turístico de la Ciudad: “Todo lo que sueñen, con convicción, se puede lograr”

Con 49 años, se convirtió en la primera conductora oficial del tour-bus porteño; “El mensaje que le doy a todas las mujeres es que todo lo que sueñen, con convicción, se puede lograr”, confesó.

Mariela Ortiz se convirtió en la primera mujer en conducir el bus turístico de la Ciudad de Buenos Aires, luego de descubrir su pasión por los vehículos de grandes dimensiones y sus ganas de manejar que nacieron en 2011 cuando vendía válvulas para camiones. Para ella, conducir una de las 14 unidades del Bus Turístico simboliza el esfuerzo de 10 años y un sueño cumplido.

Su jornada comienza a las 9.00 cuando el Buenos Aires Bus empieza el recorrido en su parada de la Avenida Presidente Manuel Quintana. Sin embargo, una hora antes Mariela está detrás del volante, lista para buscar al guía que la acompañará por las calles porteñas. En el transcurso del día, turistas y transeúntes la saludan con alegría, la felicitan por su excelente trabajo y hasta le hacen gestos de corazones con las manos.

En 2011 estaba haciendo venta de válvulas compresores para colectivos y camiones y recorrí muchas líneas de colectivos. Ahí comenzó mi amor por los vehículos de gran tamaño y mi deseo de alguna vez ser chofer de un colectivo de línea”, contó Mariela sobre su convicción para conducir este tipo de vehículos.

Los comienzos

Sus primeras prácticas para conducir vehículos pesados se remontan al año 2016 en Vicente López. En enero perdió su trabajo de manera repentina, lo que la motivó a conseguir su Licencia Nacional de Transporte Interjurisdiccional (Linti). Una vez obtenido el registro, fue contratada para su primer trabajo como conductora en la Universidad Torcuato Di Tella. Sin embargo, trasladar a alumnos y docentes en el “Bonditelliano” no era suficiente para ella y decidió ir por más.

A través de un conocido escuchó sobre las vacantes que había para conducir el bus de la Ciudad, y sin dudarlo se presentó a las pruebas. “Tras hablar con el gerente, me presenté a hacer una vuelta de práctica y al segundo día comencé a salir sola y cumplir una de mis metas más importantes a nivel profesional”, narró Mariela.

Siendo uno de los principales atractivos turísticos de la Ciudad, comparte con personas de diferentes nacionalidades y turistas argentinos los lugares más emblemáticos de la capital. Y pese a que muchos puedan intimidarse por el tamaño de un colectivo de dos pisos, ella siempre supo que” nació” para manejar uno de estos gigantes. “No lo sé explicar. Yo subo al bus y las dimensiones ya están en mi mente. Me resulta más fácil manejar el colectivo que un auto”, confesó.

En tan solo tres días consiguió el puesto y, aunque sus dos hijos, al igual que ella, también se sorprendieron por la rapidez con la que sucedieron los hechos, ambos se sienten muy orgullosos de su mamá.

A su vez, Mariela es abuela de tres varones y ansía poder llevarlos de paseo en su colectivo. Con ilusión, cuenta que dos de sus nietos son de hinchas de Independiente y otro de Boca. Y aunque ninguno comparte su fanatismo por River, la Bombonera es una visita obligada dentro de las 22 paradas que ofrece el bus.

En junio quedó con el puesto efectivo lo que se tradujo como un cambio total en su vida. “Cuando quede efectiva en junio estaba muy emocionada. Tenía hasta el apto físico muy bien”, enfatizó. Luego de trabajar fines de semanas y feriados.

Renunció a su trabajo en la Di Tella y ya efectivizada se convirtió en la primera conductora de tiempo completo de los buses turísticos amarillos. Desde entonces, quienes eligen este servicio para descubrir Buenos Aires, pueden tener la suerte de encontrarse con ella seis veces a la semana. “El mensaje que le doy a todas las mujeres es que todo lo que sueñen, con convicción, se puede lograr”, conlcluyó.

 

Fuente:

La Nación

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