Córdoba: Un chofer de la línea 80 celebró su jubilación dando su última vuelta arriba del colectivo

Humberto Venencia cumplió 30 años de servicio y se retiró a fines de diciembre compartiendo su despedida con sus pasajeros.

Humberto Venencia tuvo un largo recorrido profesional al volante de los colectivos urbanos de la ciudad de Córdoba. En total, fueron tres décadas de servicio y el pasado viernes 30 de diciembre tuvo su último día de trabajo. Desde 2021 formó parte de la empresa Tamse y condujo la línea 80, que va desde barrio Coronel Olmedo al Cerro de las Rosas.

En el recorrido final de su carrera, anunció su jubilación con un enorme cartel celeste pegado en el parabrisas del mismo colectivo que rezaba: “Último día de trabajo, me jubilo”. Decenas de personas lo felicitaron y le agradecieron por su servicio durante toda la jornada, entre ellos sus pasajeros de siempre. Además, taxistas y colegas de otras líneas lo acompañaron con bocinas.

“Tenía una combinación de ansias y nervios porque ya se terminaba todo. Me sentí reconfortado porque recibí mucho afecto”, destacó Humberto, todavía emocionado.

Luego de sus últimos días como chofer, reflexionó: “Ser la cara visible de la empresa Tamse se siente bien. Algunos entramos a trabajar cuando había muy pocos servicios y con el tiempo se fue armando mejor la flota, la vimos crecer”.

AL SERVICIO DE LA GENTE

Su carrera como chofer del transporte urbano se inició en octubre 1991, cuando tenía apenas 25 años. En ese entonces, se unió a la empresa Ciudad de Córdoba. Humberto aprendió a conducir vehículos grandes cuando aún estaba transitando la escuela secundaria. “Un vecino fue el que me enseño a manejar camiones”, le contó a La Voz.

Antes de su empleo en la empresa de colectivos, había trabajado en una mutual médica y también se dedicó a manejar camiones, pero de manera particular. Luego, por circunstancias de la vida se quedó sin trabajo y fue ese el momento en el que accedió a la convocatoria de la firma de transporte.

Hasta 2014 trabajó para Ciudad de Córdoba, hasta que ese año algunos de los corredores pasaron a manos de la empresa Ersa y con ello también parte de su personal, incluido Humberto.

En sus inicios como chofer, según relata Venencia, los choferes con más experiencia les enseñaban como trabajar a los recién llegados. “Te decían cómo manejarte con la gente, con los pasajeros, cómo ser buen profesional y se dedicaban un buen tiempo a prepararte”, aseguró.

EL FOCO EN LA FAMILIA

“Durante mi paso por las distintas empresas conocí gente muy buena. Especialmente en Ciudad de Córdoba y en Tamse son muy de familia, inclusive la profesión se va pasando a los hijos”, rememora Humberto, quien también destaca la apertura de sus jefes y la calidez de sus compañeros de trabajo. “Siempre me acompañaron y apoyaron, y con los jefes era fácil comunicarse y plantear los problemas”, expresó.

Cuando se inició como chofer de colectivos ya llevaba tres años de casado con su esposa Mónica, y su primer hijo Javier tenía un año. “Gracias a mi trabajo pudimos concretar el sueño de la casa propia, comprar un auto. Todo con el esfuerzo de ambos y del resto de la familia. A veces mi suegra cuidaba a mi hijo Javier para que los dos salgamos a trabajar”, recordó.

CERRANDO UN CICLO

Sobre su última jornada de trabajo, Humberto explicó por qué la preparó de manera especial. “Ese día quise despedir a los que fueron mis pasajeros fijos tantos meses y apagar el coche como el primer día que lo encendí”, contó con una mezcla de nervios y nostalgia.

“El último día lo viví con sentimientos encontrados, porque también viví ese momento con algo de incertidumbre. Pero tenía que terminar el ciclo para empezar otra cosa”, agregó.

Sus últimos días como trabajador al frente de un colectivo pasaron “con muchos nervios porque ya llegaba el final de todo”. Su sostén en esos días de despedida fueron sus compañeros de trabajo, que lo alentaron con palabras y deseos positivos, lo que –explicó– le generó una linda y amena transición.

“Pude sentir el cariño de todos mis compañeros de Tamse y de Ersa. Hay algunos con quienes trabajé durante muchos años, así que fue muy emotivo”, reflexionó.

Por ahora, Humberto decidió tomarse unas vacaciones para viajar y recorrer algunos lugares de Argentina. También entre sus planes figura volver a practicar karate y disfrutar de su familia.

En ese sentido, su esposa Mónica y sus hijos, Gabriel y Javier, están contentos por la finalización de esta etapa. “Por ahora estamos bien y trataremos a partir de este momento de compartir mas tiempo juntos”, comentó Humberto.

A esa alegría se le suma la posibilidad de estar más presente para sus dos nietos. “La época para malcriarlos es ahora”, concluyó con una sonrisa el chofer, sabiendo que otro recorrido de vida comienza.

 

 

Fuente:

La Voz

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