Por qué nunca se cumplió la ordenanza de trasladar bicicletas en colectivos

Durante la pandemia creció el ciclismo urbano en la ciudad, sin embargo algunas medidas que se han impulsado en los últimos años desde el Concejo Municipal resultan obsoletas. Las razones

El 12 de octubre de 2017 se aprobó en el Concejo Municipal la Ordenanza Nº 12.433, de colocación de un sistema porta bicicletas en colectivos, y la Municipalidad de Santa Fe la puso en vigencia el 10 de noviembre del mismo año. A tres años, la normativa nunca fue implementada. La razón es que la medida va en contra del inciso q del artículo 48 de la Ley Nacional de Tránsito Nº 24.449

La ordenanza fue impulsada por la exconcejal Marianela Blangini (PJ-Santa Fe es una Sola) –hoy directora provincial del Gobierno de Santa Fe en la sede Rosario. Allí se establece que las empresas prestadoras de servicios de transporte público de pasajeros por colectivos, deberán dotar a sus unidades con porta bicicletas en la parte delantera con capacidad para el transporte de dos rodados. Y luego de aprobada por el gobierno municipal, el Ejecutivo tenía 120 días para gestionar, ante las empresas prestatarias por colectivos, la implementación del sistema de porta bicicletas en al menos el 20 por ciento de las unidades en funcionamiento.

Según dispone la medida, para el logro del cumplimiento total en las flotas, el 80 por ciento de unidades restantes se deberían adecuar al tiempo de incorporar nuevas unidades, o al recambiar las que se encuentran en funcionamiento. Y, en caso de incumplimiento de ordenanza por parte de la empresa prestadora del servicio de transporte público de pasajeros por colectivos, será pasible de la sanción.

Sin embargo, en el la ley de tránsito se especifica que está prohibido: «Transportar cualquier carga o elemento que perturbe la visibilidad, afecte peligrosamente las condiciones aerodinámicas del vehículo, oculte luces o indicadores o sobresalga de los límites permitidos». Lucas Fernández, gerente de Autobuses Santa Fe, comentó a UNO sobre este tema: «La verdad es que va en contra de lo que dice la ley nacional, que el colectivo no puede tener ningún aditamento que sobresalga por ninguno de sus cuatro costados. Tienen que modificar la normativa nacional para que eso se pueda hacer, ese es el tema. Más allá de que podemos discutir la practicabilidad o no de eso. Lo que es mucho más básico, es que va en contra de una legislación nacional. No se le puede agregar algo al colectivo, por delante de la línea del paragolpes delantero sin que lo homologue la Secretaría de Industria de la Nación. Tampoco le puedo poner otro techo, ni modificar la cantidad de asientos, así como no podemos hacer un montón de cosas. El vehículo, me refiero al producto colectivo, es una unidad habilitada por dicha Secretaría que tiene determinados parámetros de construcción. No se puede ni alargar, ni acortar, ni modificar ninguna de las especificaciones que se trae de fábrica que es la que se encarga de homologar los productos. Sino cuando vamos a hacer la revisión técnica vehicular no la aprobamos».

Y agregó sobre esta ordenanza: «En los últimos tres años nunca fue un tema en agenda, nunca nos reunimos ni con la Municipalidad ni con el Concejo sobre esto en ningún gobierno». «Los concejales, absolutamente nada de lo que hacen, nada, tiene alguna relación con las empresas de colectivos en ningún aspecto. Por la experiencia que tengo, es imposible que, o rara vez, preguntan qué opinan sobre las medidas aquellos que las tienen que llevar adelante. Consultan a cualquier entidad pero no a nosotros. Si es posible o no, si el conductor tiene habilitación a bajarse del colectivo para poner la bicicleta, nada. Y si se roban esa bicicleta de quién es la responsabilidad. Si tenemos riesgo de ser demandados por pasajeros si alguien cuando baja o sube de ese colectivo se lastima, imaginate si se roban una bicicleta», sostuvo Fernández.

En esta línea, desde Santa Fe en Bici observaron este problema: «La ordenanza de los racks en los colectivos, es una medida que entra en conflicto con lo que indica la ley nacional de tránsito sobre elementos salientes de la carrocería de los vehículos motorizados, y con lo que las empresas aseguradoras se comprometen a cubrir en tanto se ajusten o no a las reglas del tránsito en casos de siniestros o hechos viales», coincide Yamila Riego, representante de la organización ciclista.

«Sucede, lamentablemente, muchas veces, que se aprueban ordenanzas que luego son de muy difícil cumplimiento. Y esto es sobre todo porque se piensan, se escriben y aprueban ordenanzas sin consulta ciudadana. Quienes están cumpliendo funciones públicas, tienen el deber de garantizar los espacios requeridos y dar las oportunidades para que las partes que se verán afectadas y beneficiadas por las políticas que buscan aplicar, se involucren y sean parte de las decisiones. Fundamentalmente, generar mecanismos de participación ciudadana, es un modo de demostrar que a los funcionarios públicos les importan las relaciones entre Estado y ciudadanía«, agregó.

Asimismo destacó Riego: «No está mal aprobar ordenanzas como esta. Lo que no está bueno es seguir haciendo política efectista que no tiene relación con lo que sucede en la calle, que no tiene aplicabilidad, que suma un conflicto más para las organizaciones sociales que promueven la movilidad sostenible que se ven en la situación de pedir ordenanzas y herramientas legislativas concretas para “emparchar” otras políticas mal aplicadas anteriormente. Por otro lado, el hecho de que se hayan vencido todos los plazos de implementación que propone la ordenanza, y que no haya cambios reales efectivos, pone en evidencia la situación sobre la falta de control y de implementación de políticas públicas a favor de la movilidad sostenible que en tres años nadie se ocupó de revisar«.

Por último, desde Santa Fe en Bici proponen: «La ordenanza en cuestión, y otras de similares características, deberían ser planteadas en favor de promover la multimodalidad urbana, que es la integración de distintos modos de movilidad en los trayectos urbanos que hacemos para llegar de un sitio a otro. Es decir, que tengamos la posibilidad de elegir más de una forma de movernos en un mismo viaje. Por ejemplo, poder hacer un tramo en bicicleta, luego tomar un colectivo y continuar a pie. Los viajes multimodales son especialmente favorables para quienes hacemos trayectos metropolitanos, por ejemplo, desde Santo Tomé, Rincón, Recreo hacia Santa Fe. Y teniendo en cuenta que, según estudios, somos las mujeres quienes mayormente nos movemos a pie o en transporte público, pensar políticas de movilidad en este sentido, es atender a las diversas necesidades según género que tenemos para movernos».

 

Fuente:

UNO Santa Fe

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